SOY EL GATO DE RIPLEY, MI DUEÑA ME DEJÓ PARA IRSE A UN PLANETA REPLETO DE ALIENS Y RESULTA QUE LOS QUE ACÁ ME RODEAN DÍA A DÍA SON TODOS COMO ALIENS: EXTRAÑOS Y EXTRAÑADOS A LA ESENCIA Y AL SIGNIFICADO DE LA EXISTENCIA.
NO ME CREO DIFÍCIL, NO ME CREO IMPOSIBLE.
SOLO ME CREO AZAROSAMENTE DISTANTE DE LA PERMANENCIA.

viernes, 26 de marzo de 2010

Ripley´Cat llora viendo documentales de Einsten


Lloraba viendo un documental sobre Einsten y la teoría de la relatividad en el History Channel, y pensaba que cuando se muriese iban a decir que el cabrón del gato de Ripley lloraba cuando veía documentales de Einsten.
Entonces más tarde mientras husmeaba por la Interneta bajándose algo de música, le agarraron tremendas ganas de correr hacia el excusado porque tomó mates antes de comerse un bife angosto cocinado en el microondas sazonado con aceite y cebollas arriba y acompañado de una jardinera y un cabernet sauvignon 2006 de hacienda "Los Haroldos", y de postre un whiskacho.
Luego del susodicho percance saboreó un caramelo de menta pensando en la gata salvaje que solía deambular por las medianeras vecinas y después de una obligada pajota se fué a dormir a su covacha-tejado amparado de la inquisitiva mirada de la luna.

En tanto la relatividad seguía haciendo de las suyas curvando el espacio y acercando insospechadamente el sistema estelar Zeta II Reticuli donde Ripley arremetía sus aventuras, a las tejas adormecidas y cubiertas de rocío de su techo favorito.
Se abrió una brecha en el espacio-tiempo y asomó desafiante la cola escamada de un alien, que aparentemente fué ultimado por la teniente Ellen Ripley justo antes que volviera a cerrarse el agujero cósmico.
Cuando amaneció, todo ya había retornado a su relatividad normal..... al gato de Ripley lo despertó un jilguero que cantaba sobre un árbol que se erguía solemne sobre el techo, mientras que en el patio de abajo, en camiseta y pantalón piyama, Don Albert Einsten se cebaba los primeros amargos del día.